REFLEXIONES Y RECUERDOS DE UNA GALLEGA ANDALUZA DE ADOPCION

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viernes, 8 de junio de 2012

ROMANCE DEL DUQUE

> ROMANCE DEL DUQUE > > Así recitó el juglar > a muchedumbre embobada: > Era un joven que metía > las pelotas por la escuadra > y, de pronto, llegó a Duque > al casar con una infanta: > braguetazo, que le dicen > por tierras de Salamanca, > braguetazu, en les Asturies > y pelotazo en Granada. > Al entrar en la nobleza, > ya Duque de Candelaria, > se creyó con la licencia > del derecho de pernada > y se vio como intocable > en la Realeza de España. > Vino a proponer negocios > a diversos Reyes Taifas > que juegan con el erario > como bien les viene en gana; > pues es dinero de nadie > y revierte en quien lo apaña. > Presidentes de segunda, > que aparentan Reyes Taifas, > se embobaron con el “Yerno” > y prepararon pitanza > para que comiese el Duque > cuanto le diese la gana > y el Duque, más que comer, > ciertamente devoraba > con apetito insaciable; > le gustaba la pitanza. > Asunto fue de millones > los contratos que firmaran > y, por si acaso, el Gran Duque > adelantados cobraba; > no fuese que de proyectos > quedasen humos de paja. > Asunto fue de millones > los contratos que firmaran > y cual lluvia, en gota fría, > a la Nóos inundaban; > eran ganancias muy sucias > y preciso blanquearlas. > Así fue montando empresas > (lavadoras las llamaba) > el prelavado en Aizoon; > en Belice se lavaban; > el centrifugado en Londres > y, una vez blanqueadas, > retornaban abundantes > para comprar nuevas casas > y un palacete en Pedralbes, > reformado con tal gracia > que ha llegado a real palacio > para orgullo de la Infanta. > > Al Duque de Palmatoria, > a más de plebeya plaga > que le servía de apaño > para camuflar ganancias, > les han cogido, en la noche, > una patrulla de guardias > que vigilan la honradez > y encontraron la mangancia. > Con las alforjas repletas > a Diego Torres pillaban, > acompañado de esposa > y de un cuñado por banda: > por estribor iba Marcos, > Miguel por babor andaba. > Estos cuatro mochileros > los millones transportaban > y usaban las lavadoras > con tal salero y tal gracia > que hacían de sucios euros > unas monedas honradas. > El juez dice “trapicheo”; > “gran robo” el fiscal la llama > a la fortuna del Duque: > la Empresa que no lucraba > y, sin embargo, lucró > millones de euros a manta. > Los impuestos en Belice > se extinguían en la nada > y todo era beneficio, > y todo era ganancia, > pues pagaba las facturas > que él mismo se cobraba. > Con más arte que Paesa, > el Duque de Candelaria > amasaba una fortuna > así, sin más, por la cara > que tiene de hombre buenazo > y de marido de Infanta. > Si en Nóos hubo trapicheos, > el Duque no sabe nada, > que Nóos está en Barcelona > y él residía en las Babias. > Así se escribe la historia: > unos pierden, otros ganan; > aquí perdió el pueblo entero > y ganó el Duque de Palma. > Ahora corresponde al juez > analizar bien la causa > y demostrar que es verdad > que, quien la hace, la paga. > Debe el juez recuperar > el total de la mangancia, > subastar el palacete > y ofrecerle larga estancia, > en Soto del Real, al Duque > y a sus amigos comparsas. > > Así terminó el Juglar > de relatar las hazañas > del “yernísimo de Rey > y noble Duque de Palma”, > que ordeñaba los millones > que nos faltan en la vaca. > > (anónimo)

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